Quiero expresar mi sentida preocupación por la violencia política y religiosa que estamos viviendo en este mundo. El asesinato de Charlie Kirk y las muertes en Gaza de niños, mujeres y hombres por pensar o ser diferentes. El odio, diferente a lo que muchos piensan, sigue rampante y no solo en uno de los extremos de la polarización socio-cultural que estamos viviendo; en ambos.
La solución, al menos para aquellos que seguimos las enseñanzas de Jesús, es buscar ser bienaventurados y ser pacificadores para ser hijos de Dios (Mateo 5:9), no solo por nuestra denominación religiosa, sino que por un carácter como el de Jesús. Después de todo, en eso consiste nuestro llamado a ser sus discípulos: amar como Él nos ama (Juan 13:34-35).
El amor, que Jesús nos muestra día a día, ama a sus enemigos (Mateo 5:44), rompe barreras socioculturales (Gálatas 3:28) y perdona (Efesios 4:32). Recuerden, nosotros también fuimos enemigos de Dios (Romanos 5:10).
Estos pasajes que cito indirectamente en este mensaje muy bien podrían ser una brújula moral en este tiempo. No debemos ser dominados por nuestras pasiones e ideales, sino que debemos obedecer la ley real, amándonos unos a otros como Él nos ama (Santiago 2:8). Recordando que en la ira del hombre no obra la justicia de Dios (Santiago 1:20).
Vivimos tiempos difíciles y es posible que noticias como estas, manejadas por los que buscan la guerra, solo provoquen tiempos peores. Que la paz de Dios reine en nuestros corazones en Cristo Jesús, Señor nuestro (Filipenses 4:7).
Apóstol Jaime Galván
