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Abajo, incluimos un estudio bíblico relacionado con este primer video:
Si has estado en la iglesia por más de un día te habrás dado cuenta. ¿De qué? De que todos en la iglesia incluyendo tus líderes tienen sus problemas, sus debilidades y sí, sus pecados. ¿Son todos unos hipócritas? Este ensayo tratará de contestar esta pregunta.
¿Qué es ser un hipócrita? El Diccionario de la Real Academia Española define hipócrita de la siguiente forma: “Alguien que actúa con hipocresía.” ¿Y qué es hipocresía?
“Del griego: ὑποκρισία (hypokrisía).f. Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.”
Aunque esta definición parezca simple tememos que analizarla si queremos comprenderla a profundidad. La hipocresía es cuando se finge una CUALIDAD que NO SE TIENE. ¿Qué es una cualidad? Una cualidad es la calidad del carácter o naturaleza de alguien. Fingir que se tiene un carácter o calidad de persona que no es real. También es cuando alguien finge su verdadera naturaleza, lo esencialmente es. También es el acto de fingir sentimientos que no se tienen o experimentan en realidad.
Es interesante que esta palabra proviene del griego. ¿Por qué? Porque fue usada en el texto bíblico del Nuevo Testamento varias veces en discursos de Jesús. Pero antes de analizar las enseñanzas de Jesús sobre los hipócritas y la hipocresía, estudiemos el contexto histórico-cultural y literario de esta palabra.
La palabra griega ὑποκριτής (hypokritēs) denota a actor del teatro griego. El que actúa o finge ser un personaje, personificando a alguien que no es (Mounce Greek Dictionary). Las máscaras en el teatro eran llamadas “prospon” en griego, lo que significaba “cara” y de donde proviene el vocablo en español “persona.” Esta máscara cubría la verdadera persona del actor y lo ayudaba a recrear un personaje ficticio. Esto es lo que hace un hipócrita en sentido figurado, ponerse una máscara para esconder su verdadera personalidad y fingir que es otra persona.
Si leemos Mateo 23:13-15 y 23-29, como muestra de algunas de las enseñanzas de Jesús acerca de la hipocresía, veremos lo siguiente:
“13 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que cerráis a la gente la entrada en el reino de los cielos! Ni entráis vosotros ni dejáis entrar a los que quieren entrar.
14 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que devoráis las haciendas de las viudas y que, para disimular, pronunciáis largas oraciones! Por eso vosotros recibiréis mayor castigo.
15 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que recorréis tierra y mar en busca de un prosélito y, cuando lo habéis conseguido, hacéis de él un modelo de maldad dos veces peor que vosotros mismos!
23 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que ofrecéis a Dios el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero no os preocupáis de lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe! Esto último es lo que deberíais hacer, aunque sin dejar de cumplir también lo otro. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!
25 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro siguen sucios con el producto de vuestra rapacidad y codicia! 26 ¡Fariseo ciego, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera!
27 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que sois como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muerto y podredumbre! 28 Así también vosotros: os hacéis pasar por justos delante de la gente, pero vuestro interior está lleno de hipocresía y maldad.
29 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que construís los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos funerarios de los justos 30 diciendo: “Si nosotros hubiéramos vivido en los tiempos de nuestros antepasados, no nos habríamos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas!” 31 Pero con ello estáis demostrando, contra vosotros mismos, que sois descendientes de los que asesinaron a los profetas. 32 ¡Rematad, pues, vosotros la obra que comenzaron vuestros antepasados!”
Lo más notable es que Jesús no está de acuerdo con la hipocresía religiosa, así que a aquellos que no van a la iglesia y critican la hipocresía de la iglesia tienen algo en común con Jesús.
Lo segundo que podemos apreciar, es cuál es la verdadera hipocresía religiosa. La definimos de la siguiente manera:
- Los hipócritas religiosos cierran la puerta del Reino (no de la iglesia) a los que quieren entrar y para cerrarla tampoco entran. ¿Qué significa esto? Veamos los próximos puntos que arrojarán luz sobre el asunto.
- Los hipócritas religiosos, usan de su posición religiosa para sacar provecho de los más vulnerables.
- Los hipócritas religiosos también hacen discípulos y en vez de enseñarle a hacer el bien a través del amor, como Jesús, les enseñan a hacer el mal.
- Se ocupan más de los diezmos que de la justicia, la misericordia y la fe; aunque el diezmo es bueno, no puedes enfocarte en lo que aportas y olvidar lo más importante: justicia (hacer justicia a los menesterosos y explotados), misericordia (no castigar al injusto y extenderle la gracia de Dios) y la fe (creer y obedecer a Dios, mediante lo cual se recibe la gracia de Dios para entrar al Reino de Dios como hijos amados). Esto es colar el mosquito, pero tragarse un camello.
- Limpiarse por fuera y permanecer sucios por fuera. Jesús define la suciedad como rapacidad y codicia, falta de amor al prójimo.
- Aparentar ser justos por las obras que realizan, pero interiormente hacerlo para ser vistos y aplaudidos por los hombres (ver Mateo 6:1-18).
- La hipocresía religiosa también consiste en compararse con los demás para decirse ser más justos que los otros (apedrear la mujer sorprendida en adulterio, pero no poder tirar ni una sola piedra). Jesús les dice en otras palabras, ustedes dicen que no matarían a los profetas como sus padres, pero me van a matar a mí y no solo a mí, a los que yo les voy a enviar también (Mateo 23:33-36).
¿Recuerdas las puertas que se cerraban con trancas de madera? Pues, la primera tranca de la hipocresía religiosa y la más importante es no reconocer que solo por fe vivirá el justo. Que nuestra naturaleza humana, nuestro pecado, no nos permite entrar al Reino de los Cielos en nuestros propios méritos. Que necesitamos un Cordero de Dios que quite nuestro pecado para poder entrar y que ese Cordero es Jesús. Esto es tratar de vivir por obras y no por fe.
La segunda tranca, es resultado de esta, hacer el bien, pero por las razones equivocadas en el corazón. Para ser vistos, reconocidos y aplaudidos por los seres humanos y tener como compararse con los demás y aparentar, fingir o actuar como mejores que los demás. Hipócritas, actores de teatro griego.
La tercera tranca, es juzgar sin misericordia y no hacer verdadera justicia a los desvalidos para sacar provecho de ellos. Provecho material y provecho social, condenando a otros para verse más justos.
Así, ni entran, ni dejan entrar a los que quieren entrar y lo que necesitan para esto es misericordia (no dar lo que se merece) y gracia (dar lo que no se merece) de Dios por medio de Jesucristo.
Ahora bien, ¿cuál es la acusación de los enemigos de la cristiandad acerca de la hipocresía en la iglesia? Eso lo veremos en el próximo Vlog…