Una vez el Señor me mostró una visión de dos aves muy conocidas, una el picaflor y la otra el águila.
Veía como el picaflor revoloteaba con mucho afán moviendo sus alas y como no alcanza haciendo esto mucha altura. Parece nervioso y trabajado, volando con mucho esfuerzo. Por otro lado el águila se remonta en las alturas y sus esfuerzos son mínimos porque usa las corrientes de viento para remontarse y sobrevolar las tormentas.
Así quiere nuestro Padre que vivamos, en su reposo, descansando en fe en Él. Fe no es trabajar hasta cansarse y llenar nuestra vida de afán, mediante el cual conseguimos ciertamente nuestra comida, pero no subimos tan alto como deberíamos llegar. Nuestro Padre quiere que trabajemos en fe, reconociendo que en las alturas es donde debemos estar y que no las alcanzaremos por mucho afán, sino que dejándonos guiar por Él; nuestro viento. Vivir por fe no es no hacer nada, sino solo hacer lo que la voz del Espíritu Santo nos guía a hacer; en lo demás descansar. Los picaflores beben el dulce de las flores, pero no disfrutan de las alturas. Así no debe ser con nosotros, en ocasiones peleamos, trabajamos, y nos afanamos por cosas dulces de esta tierra y nos perdemos las bendiciones y tesoros de los cielos. Mira hacia arriba y vuela alto, como las águilas.
Algunos versículos que te van a ayudar: Isaías 40:28-31; Juan 3:5-8; Colosenses 3:1-2; Mateo 6:19-21
Pastor Jaime Galván
Centro CREE
